En nuestra sociedad, las emociones tienen una mala reputación. Son tratadas como algo que se interpone en el camino – algo que tenemos que controlar o suprimir para que podamos tomar decisiones claras y racionales. ¿No se nos dice acaso que no seamos tan emocionales y mantengamos las emociones fuera las cosas serias?
Esta manera muy común de pensar sobre las emociones es anticuada y demasiado simplista, de acuerdo con la investigaciones recientes de la neurociencia sobre el papel de las emociones en el cerebro. Por ejemplo, en situaciones tan variadas como la de determinar una súbita subida del mercado de bienes raíces, los investigadores han encontrado que todo nuestro mundo está envuelto en emociones – y que tratar de mantenerlas “fuera de las cosas serias” no es en absoluto una decisión inteligente.
Las Emociones Influencian la Percepción Visual
Generalmente pensamos en nuestra percepción visual como algo fijo. Observamos una colina que es tan empinada, o un balcón bastante más alto. No importa cómo nos sintamos porque es así como es ante nuestros ojos. Vemos las cosas como son, ¿verdad? Pero esto no es realmente el caso. Según una investigación reciente de la Universidad de Virginia, tu percepción de la pendiente de la colina cambia en función a tu estado emocional. ¿Cómo puede suceder algo así?
Los autores del estudio suponen que esto se debe a que la meta de nuestro cerebro no esta enfocada tanto en interpretar el mundo con exactitud, si no más bien en como asegurar nuestra supervivencia. Así que a pesar de que el procesamiento visual y las emociones son tradicionalmente vistos como funciones totalmente independientes, nuestra visión está realmente profundamente entrelazada con nuestro estado emocional. En realidad, son inseparables! Una colina parece mucho más inclinada para alguien que tiene bajos niveles de glucosa, la fuente primaria de energía para la actividad muscular inmediata. Así que cuando estás cansado, la colina se ve mucho más empinada que cuando estás lleno de energía. Pero no solo eso, además tu estado de ánimo también afecta cómo percibes la colina. Cuanto más triste estés, más empinada se verá ante tus ojos. Si estás feliz, no te va a parecer tan inconquistable Nuestras emociones literalmente cambian lo que vemos.
Y no sólo tu visión es más emocional de lo que probablemente pensaste…
¡Tu música tambien es demasiado ruidosa!
Nuestro sentido del oído es similarmente considerado como muy separado de nuestros sentimientos. Una explosión es fuerte o no lo es. Sin embargo, cuando alguien grita, no tiene nada que ver con el volumen… Una investigación reciente de la Universidad de California Davis ha demostrado que las emociones juegan un papel mayor de lo que se pensaba en la percepción auditiva. En un entorno de laboratorio, los mismos sonidos fueron calificados como más altos por los participantes experimentando emociones negativas, que fueron condicionados con un estímulo adverso antes de escuchar el sonido, lo que quiere decir que los sentimientos de los participantes ayudaron a determinar la intensidad que escucharon.
Así que la próxima vez que regreses a casa después de un día largo y frustrante y tu compañero
esté tocando música que es demasiado fuerte, recuerda que nuestras propias emociones juegan un papel importante en nuestra percepción del mundo. Como si eso no fuera suficiente evidencia de que es imposible separar las las emociones de cualquier actividad humana, aquí tenemos más evidencia:
Existen “emociones” donde antes pensamos que no estaban…
Las emociones influyen en nuestra percepción del mundo. Pero cuando nos hablan de que tenemos que dejarlas de lado, rara vez el consejo se refiere a subir una colina o determinar el grado de volumen de la música de tu vecino. Las personas normalmente se refieren con eso de “dejar las emociones de lado” a las decisiones de la vida donde se supone que uno necesita estar pensando “racionalmente”. Decisiones como si debes vender tu casa o refinanciar. O para hacer una inversión específica de negocios. El consejo de la vieja escuela insiste en que nos aferremos al pensamiento racional y dejemos las emociones “afuera” . Sin embargo, según los prominentes neurólogos Antonio Damasio y Mary Helen Immordino-Yang, incluso el pensamiento racional es un proceso intrínsecamente emocional … y tienen abundante evidencia para respaldarlo.
La comprensión de que las emociones desempeñan un papel fundamental en el pensamiento racional, al igual que muchos otros avances en neurociencia fueron tomando forma, mientras se estudiaba pacientes neurológicos que habían sufrido daño cerebral en una región particular del lóbulo frontal. Las lesiones cerebrales que estos pacientes habían sufrido no habían afectado su base de conocimientos ni su capacidad de razonamiento lógico. Ellos entendían como hacer una buena inversión empresarial. y entendían y podían describir las reglas y convenciones sociales que deben regular las acciones de cada persona. Sin embargo, estos hombres y mujeres, que habían sido muy respetados anteriormente, comenzaron a tomar decisiones desventajosas en muchos aspectos diferentes de sus vidas. ¿Por qué? Se encontró que lo que no podían hacer era usar el conocimiento emocional pasado para guiar el proceso de razonamiento. A pesar de que sabían lógicamente que un negocio específico era riesgoso o que una determinada decisión podía poner en peligro su relación con alguien cercano a ellos, no podían acceder al conocimiento emocional pasado y usarlo para guiar el proceso de razonamiento. Como Damasio y Immordino-Yang lo pusieron en Sentimos, Por lo tanto Aprendemos, “el pensamiento racional y el razonamiento lógico existen … pero no pueden ser ejecutados adecuadamente y de manera útil en el mundo real sin la emoción”. Así que el pensamiento racional no es de mucho uso sin emociones. Mantener las emociones fuera de las decisiones de la vida no parece una buena idea, ¿verdad?
Si mantener las emociones fuera es un mito. Entonces, ¿qué sigue?
Una vez que abracemos plenamente que mantener las emociones aisladas es imposible, tenemos una oportunidad realmente asombrosa: ¡darles la bienvenida!
Trata a las emociones como tu aliadas. No hay necesidad de suprimirlas o bloquearlas, porque están aquí para ayudar. Proporcionan datos sobre ti mismo y sobre el mundo, y son datos increíblemente valiosos. Tratar a las emociones como el enemigo nos mantiene atrapados en una lucha interminable contra nuestros propios sentimientos. Pero hay una mejor manera, y comienza reconociendo que las emociones desempeñan un papel fundamental en cómo interpretamos e interactuamos con el mundo. Sólo así podemos empezar a usar las emociones para ser más intencional, pensativo y con propósito – más emocionalmente inteligente. Estas son habilidades que se pueden medir y aprender.
Nunca es demasiado tarde para empezar o profundizar con tu EQ.