El primer paso una vez que descubres que estás al servicio de las personas, ya sea como facilitador, coach, educador o cualquier esfera profesional que se dedique a ayudar a otros a ser la mejor versión de si mismos, es incrementar tu influencia enganchando a tus interlocutores con tu proposición de valor.   Pero para ello, es vital que consigas que escuchen y se conecten con una parte de ti.

En el antiguo paradigma y también previamente a la masificación de la comunicación digital se pensaba que era contraproducente y hasta un desatino contar demasiado acerca de uno mismo. Sin embargo, en este nuevo contexto, muchas de las oportunidades de relacionarte con los demás se dan en línea, o incluso padecemos de la “digitalización” de nuestras interacciones humanas: la gente no ya atiende una llamada de teléfono y en vez de eso, se intercambian sendas conversaciones vía texto. Encima nos toca competir con el móvil por la atención de quien tenemos al frente. Por lo tanto, el tiempo que se nos otorga para ser efectivos comunicando y dejar una “huella” es cada vez más breve y por si no fuera poco, está sujeto a interrupciones constantes. ¡No en vano, resulta tan difícil ser escuchado y escuchar!

Es ahí que tu historia se convierte en la mejor herramienta para tender un puente que permita establecer una relación de confianza.  Recuerda que las emociones son contagiosas, y tus aprendizajes (incluyendo aquellos que quisieras haber aprendido menos dolorosamente) van mostrando fragmentos de tu humanidad y tu propia autenticidad.   La gente, más que cualquier estadística o hecho, recuerda el contenido emocional que envuelven las historias. Pero ganarse la confianza y generar la conexión no es cosa fácil. Debido a que vivimos en la era de la hipercomunicación, hemos llegado a sospechar de cualquiera se comunique con nosotros. Ya que el cerebro se encarga de ser un escáner permanente de amenazas, estamos tratando de filtrar la motivación escondida, constantemente.  Por eso, cuanto más puedas conectar tu propia historia con tu mensaje, las personas tendrán la percepción de alguien auténtico y humano en frente de ellas.

Tus emociones son tu activo más potente

Esta es una idea fácilmente comprobable: observa algunos comunicadores de los discursos o charlas más famosas de la historia: Martin Luther King, Nelson Mandela, Churchill, y mucho más recientes las charlas de Brenee Brown e Isabel Allende. No se trata de personas acartonadas, escondiendo su emocionalidad, pero tampoco están desbordándose, sino que mantienen un equilibrio coherente entre la conciencia, la gestión y el propósito.  Este fino acto de inteligencia emocional se puede representar dentro del Modelo EQ Six Seconds: identifico mis emociones y las de los otros, gestiono mi mensaje tomando en cuenta un amplio espectro de datos y lo conecto al sentido y la trascendencia desde mi Meta Noble.

¿Por qué es tan relevante el storytelling en el mundo de hoy?

El desarrollo del storytelling se ha convertido en el paso obligado de personas y organizaciones enteras para posicionarse y proteger su esencia, pues representa la humanización de la forma en que nos relacionamos para hacer negocios. Se conoce con el nombre de cultura laboral, sostenibilidad, responsabilidad social corporativa, innovación y experiencia del usuario. En los individuos, es un testimonio, incluso una línea de servicio que creamos a partir de una experiencia transformativa que se ha vivido.  El storytelling tiene tres características importantes: se maneja con una nueva lengua vernácula: clara y accesible. Además, la narrativa toma riesgos, es valiente y se permite ser vulnerable.  En tercer lugar, lo que la hace realmente potente es que se proyecta desde la forma en que se conjuga lo personal con lo externo, es decir desde la Meta Noble.

Finalmente, para quienes se encuentran dentro del campo de la difusión de la inteligencia emocional es relevante pensar en el impacto del storytelling en nuestra misión cuando no tenemos control de nuestra narrativa, que es de por sí otro nuevo desafío. Lamentablemente, una historia que no es contada por su propio autor puede ser desvirtuada y manipulada. Cultivar tu storytelling te permite retener la autoría, es decir poseer los hechos, el tono y el contenido emocional de tu historia.  Imagínate esta situación tan común: antes de cualquier reunión de negocios, buscas en Google a las personas con las que te reúnes. Puedes obtener una increíble cantidad de información en cuestión de segundos, pero te va a tomar mucho más tiempo discernir qué es cierto y que no. Sin embargo, llegas a la reunión, y muchas veces una sola historia puede cambiar la narrativa y el pre concepto que empezó a tomar forma incluso antes de tener a esa persona en frente tuyo.

Al escribir este articulo y pensar en la evolución de mi propia narrativa o storytelling siento que es un proceso en constante revisión, y al tener la enorme responsabilidad de difundir la inteligencia emocional en el mundo, y en particular en America Latina admito que siento que la urgencia y la presión por alinear mi narrativa personal con la externa. Es en esta encrucijada, que este ejercicio requiere una gran dosis de auto compasión y templanza. Por ejemplo, me doy cuenta que cuando me someto a estándares imposibles de conciencia, simplemente pierdo la conexión con mi Meta Noble que es acerca de practicar y promover la alegría, la risa y la inclusión.  Quizás puede servirte esta pregunta, que surgió luego de esta observación: ¿está realmente representada mi Meta Noble dentro de mi narrativa?