¿Queja o expresión de falta de conciencia emocional?
¿Me estoy quejando cuando me expreso? ¿Cambia mucho el sentido de lo que digo cuando hay un tono de quejoso en mi voz?
En estos tiempos de Covid19 seguramente vamos a encontrarnos con una cantidad enorme de quejas. Quejas verbales, por escrito en las redes, en los periódicos; familia, amigos, vecinos. Lenguaje universal que cala los nervios y amplifica la ansiedad… Es como si una nube de dolor estuviera cubriendo el sol.
En consecuencia, debido a la situación actual, podemos entender el contexto de este tipo de queja. Es una gran disrupción la que estamos viviendo; un combo macabro que amenaza la salud física y emocional, la fuente de ingresos de millones de personas y cualquier perspectiva de progreso para millones y millones quienes ya estaban en situación de pobreza antes de la pandemia.
Aunque podamos entender el contexto en el que germina la queja, esta no pretende ser una apología de la queja. El coronavirus no la inventó, sino que solo ha exacerbado esa toxica costumbre de quejarnos por todo. El pasado jueves en nuestros Círculos de Conexión tuvimos el agrado de tener a Silvia Gil, Directora de Potencial Humano en Paraguay con quien conversamos acerca del impacto de la queja a nivel emocional y físico. Vimos como las personas que se quejan todo el tiempo generan ambientes tóxicos inhibiendo las dinámicas saludables de convivencia y contaminando a los equipos de trabajo con negatividad y conflicto.
Mirando cara a cara a la queja encontramos una combinación de dolor e indefensión aprendida. Por un lado, una diversidad de emociones inelegibles para quien se queja, es decir una carencia para identificar y #navegar las emociones, y por otro una percepción de impotencia para tomar responsabilidad por el propio sufrimiento. Quejarse es cuando culpamos a otros, o a la vida, en lugar de aceptar la situación y asumir la responsabilidad de mejorar las cosas. Mientras más tenaz la queja, más invivible será la prisión emocional de la persona.
Por otro lado, lo que hace de este hábito algo tan dañino, es que la queja puede rediseñar los circuitos neurales del cerebro causando daño permanente – o lo que llamamos un patrón tóxico que afecta incluso a las personas alrededor. Finalmente, recordemos que gracias a las neuronas espejo nuestra especie forma conexiones importantes aprendiendo con la imitación, por tanto sabemos que la negatividad se aprende y es además contagiosa! Quienes tenemos hijos o trabajamos con niños comprobamos a diario el efecto de nuestras elecciones y nuestros propios hábitos en los niños.
Felizmente, la inteligencia emocional te puede ayudar a canalizar tus emociones de forma más saludable para ti y para tu entorno.
Aquí hay 3 sugerencias para empezar a trabajar en deshacerte de ese hábito:
1. Toma un gran sorbo de aire.
Aléjate, respira profundamente y si es posible toma la pausa de 6 segundos. Las investigaciones dicen que la ira puede procesarse mejor al alejarse visualmente de la fuente de frustración.
2. Mejorar tu conciencia emocional
Para poder expresarte con efectividad necesitas identificar que sientes; recordando por lo menos dos puntos: no sientes solamente UNA emoción, generalmente se acompañan con otras. Lo segundo es usar el pronombre en primera persona, cambiar el “tú” o el “ellos” por el yo hará que tomes responsabilidad por tus propias emociones.
3. Escribe cartas o graba audios
Hasta que no puedas articular tu incomodidad o dolor, sin que suena como una queja o una acusación, ayúdate escribiendo notas o grabando audios en tu móvil. Una vez que las grabes o escribas, tendrás la oportunidad de escucharlas de nuevo y analizarlas con la cabeza más fría.
Espero que disfrutes esta llamada con Silvia Gil de Potencial Humano en Paraguay. Excelente aprendizaje – además de varias sonrisas aseguradas!
BONO: Cultivar tu Optimismo Desarrollará tu Inteligencia Emocional
Six Seconds define el optimismo como “Adoptar una perspectiva proactiva de esperanza y posibilidad”.
En las últimas décadas un gran número de investigaciones demuestra que el optimismo es algo que puedes aprender y mejorar. Sin embargo, tradicionalmente hemos pensando en el optimismo como una característica fija; eres optimista o pesimista. Pero hoy sabemos definitivamente que se trata de una habilidad que se puede aprender, y uno de los objetivos de Six Seconds es ayudar a las personas en este proceso.
Primero, déjame contarte un poco acerca de Six Seconds y su su misión. Somos una organización sin fines de lucro dedicada a ayudar a las personas a desarrollar las habilidades de la inteligencia emocional, como aumentar la autoconciencia, ejercitar el optimismo y encontrar un propósito. Tomados en conjunto, estas cosas forman parte de lo que se llama inteligencia emocional . Al igual que el cociente intelectual o IQ es una medida de su inteligencia cognitiva, EQ mide la inteligencia emocional, es decir qué tan bien puedes reconocer y responder a las emociones propias y las de los demás. La mayoría de nosotros practicamos de forma intensiva las habilidades del cociente intelectual en la escuela, aprendiendo por ejemplo a resolver problemas matemáticos o memorizar mapas. Esa es probablemente la razón por la cual se ha considerado el coeficiente intelectual como una medida superior desde la década de 1930. ¿Pero qué de aprender herramientas para superar la adversidad de una manera optimista? Sin duda, esta es una habilidad de la que se ha pasado por alto en la educación tradicional, a pesar de que las investigaciones nos corroboran que es posiblemente la más importante de las dimensiones de una persona para alcanzar el éxito.
El objetivo de Six Seconds es tomar la ciencia emergente de la inteligencia emocional y ayudar a las personas a ponerla en acción. Así que escribimos artículos como estos y ofrecemos recursos gratuitos como estas diapositivas de optimismo con notas de los oradores. Si usted es un entrenador que trabaja con clientes, un líder en una empresa o un profesional para usted y su familia, tener las herramientas para practicar el optimismo es esencial.
Para resumir este secreto para el éxito de la vida:
En lugar de enfocarse en lo que quiere, concéntrese en lo que quiere ofrecer. En lugar de ver pocas opciones, sepa que hay muchas posibilidades. Juntos, estos componen el secreto: ser un creador de posibilidades.