Lo Positivo:  Tenemos las herramientas para resolver este problema.

El Reto: A medida que el estrés aumenta, se nos hace más difícil resolver problemas reales… el costo se refleja en billones de dólares, el impacto perjudicial en la calidad de vida, estancamiento económico e incluso en la destrucción de nuestro ecosistema.

Lo Preocupante:  Es cada vez más grave.

 

Estamos enfrentando una creciente demanda de colaboración en el trabajo, en la vida, pero a la vez estamos creando condiciones para lo opuesto.Pareciera que estamos en guerra con nosotros mismos, a nivel celular, ya que nuestros cerebros luchan para hacer frente a la demandante realidad que está más allá de la forma en que nuestros cerebros operan. Actualmente  lo que sabemos de la neurociencia hace que este espiral en descenso sea brutalmente evidente – pero afortunadamente también ofrece soluciones.

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“Estrés” es una generalización. Es la palabra que describe una sensación de desequilibrio y caos inminente. Sentimos que el tiempo y la urgencia de las necesidades van aceleradas. Los sistemas financieros son cada vez más volátiles.. La complejidad y la necesidad de responder en tiempo real han aumentado. Así que sentimos estrés. Es una señal emocional de peligro, y es una razón por la que la inteligencia emocional es más importante que nunca. Desafortunadamente, el estrés sigue aumentando para la mayoría de nosotros.

 

Implicaciones a Nivel Global

Cuando nos sentimos “estresados” nuestros cerebros y cuerpos desencadenan una serie de adaptaciones para lidiar con lo que percibimos como amenazas. Nos vamos preparando para reaccionar ante el peligro, ya sea para luchar, correr o escondernos. Este sistema biológico es muy eficaz para hacer frente a ciertas amenazas, como cuando un tigre te acecha en la selva. No es posible negociar con los tigres. No se require innovar, por el contrario se requiere sobrevivir y como tal, corremos lo más rápido que nos den las piernas, o confías en tener algún arma para defenderte.

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Adaptándose a estas “amenazas de supervivencia”, nuestros cuerpos responden al estrés clausurando muchos sistemas relacionados con el florecimiento y el crecimiento a largo plazo (como el sistema inmunológico, el sistema reproductivo, la respuesta empática, e incluso el pensamiento analítico)  pues necesita poner todos los recursos del cuerpo en los músculos centrales. Esto significa que cuando sentimos estrés, estamos biológicamente programados para ser menos creativos, menos compasivos, menos visionarios.

Innovación versus Comodidad

Hasta ahora hemos descrito  los dos sistemas que compiten  en el cerebro: la certidumbre versus el aprendizaje. Cuando estamos estresados, el cerebro se inclina a buscar la seguridad. Tendemos a repetir lo que ya hemos hecho antes y que, de cierta manera ya nos ha funcionado. A nivel biológico esto se vería como el recibir una inyección con una sustancia química que es una especie “heroína natural”, la que nos lleva a seguir el camino de lo conocido, lo predecible – y sí, es muy adictivo.

Sin desarrollar cuidadosamente la inteligencia emocional, venimos cayendo en esta reacción automática por más de un millón de años. Es para considerarlo, puesto que pocos de nosotros hemos aprendido estas habilidades en la escuela. en el centro de trabajo o incluso en el hogar, por lo tanto los resultados resultan previsibles y no del todo sorprendentes : uno tan sólo tiene que mirar los titulares de noticias diarias para ver que muchas personas siguen este patrón. Actualmente, el peligro de ser atacados por un tigre es bastante remoto, pero  en su lugar, nos enfrentamos a amenazas constantes y persistentes vinculadas a complejos problemas relacionales, como hacer más en el trabajo con menos recursos, escasez de talento, e incertidumbre económica. En el área laboras, nuestros “tigres” son a menudo otras personas; no es casual que según el estudio 2012 Workplace Issues, más del 70% de los retos en el lugar de trabajo están relacionados con las personas.

¿Un Espiral en Caída que Aniquila la Colaboración?

Así que nos hallamos ante una situación difícil. Por un lado tenemos problemas a largo plazo que requieren la innovación y la unión de las personas. Frente a la incertidumbre, nos sentimos vulnerables, el estrés nos embarga, y nos volvemos menos creativos y colaborativos enfocándonos solamente en el corto plazo, en lo que consideramos urgente. Esta reacción nos aisla y nos abruma, lo que nos empuja a experimentar más estrés.

stress-article-feedbackAdemás este espiral hace casi imposible resolver los mayores problemas del mundo, como el calentamiento global por ejemplo. Retos tan inmensos requieren lo mejor de nuestro pensamiento creativo y y el uso de capacidades especiales para construir consenso . Sin embargo, tan pronto como comenzamos a pensar en las realidades de la devastación ambiental, el estrés entra en acción, y somos menos capaces de acceder a cualquiera de esas capacidades.

Mientras tanto, según un estudio anual de CEOs de IBM, la principal necesidad identificada por los principales líderes fue: Colaboración. Un sorprendente 75% de los encuestados lo definieron como un elemento de “importancia crítica”.  Si la necesidad fundamental para el futuro del éxito empresarial es que las personas fortalezcan su conexión, ¿no sería esencial el desarrollar las habilidades para hacerlo? Sin embargo, la empatía – la habilidad que realmente permitiría a la gente satisfacer esa necesidad, está disminuyendo a nivel global de forma dramática. La investigación publicada en Scientific American encontró un declive del 75% en la empatía durante los últimos 30 años.

 

A la misma vez, el estrés va en aumento – un estudio de 2012 en el Journal of Applied Psychology indica que el estrés se ha incrementado en 20% en los últimos 25 años.

Así que tenemos un entorno cada vez más complejo donde la capacidad de conectarse es la necesidad número uno – y la estamos perdiendo. De hecho, como explicaré en un minuto, podemos estar perdiendo empatía DEBIDO al aumento del estrés. Pero por ahora: la situación es bastante clara: a menos que desarrollemos mejores capacidades para manejar estas complejidades emocionales, el futuro es sombrío.

El Cerebro Defendiéndose 

Un efecto lamentable del ritmo creciente de estrés, es la desactivación de las mismas partes del cerebro que más necesitamos para resolver los desafíos de hoy. Varios estudios de imágenes cerebrales han explorado la interacción entre nuestras funciones analíticas y sociales en el cerebro; por ejemplo este estudio de la Academia Nacional de Ciencias propone “redes funcionales anti-correlacionadas”. Esto significa que cuando se activa un conjunto de funciones cerebrales (una red), se suprimen otras. Llamamos a esto “enfoque”, y es esencial para hacer frente a la complejidad.

Una de esas redes cerebrales funcionales procesa datos analíticos: Correos electrónicos. Hojas de cálculo. Informes. Otro procesa los datos emocionales: Fisonomía . Tono de voz. Amigo o enemigo. De manera óptima, la red social del cerebro y la red analítica del cerebro se entrelazan y trabajan juntas. Al mismo tiempo, somos capaces de suprimir un sistema en favor del otro.

Por ejemplo: Nos enfocamos para poder responder ante una pantalla llena de correos electrónicos pendientes, y alguien se nos acerca con una pregunta. En ese momento, reaccionamos abruptamente: ¡Un minuto!  Esto lo hacemos porque al estar orientados en una tarea analítica, las redes neurales del cerebro suprimen las funciones del cerebro social, lo que nos permitiría conectarnos de manera más apropiada con la otra persona. 

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Ignorar las Emociones = Tomar Malas Decisiones

La misma función ocurre dentro de cada uno de nosotros. A medida que nos volvemos más “enfocados”, suprimimos señales como el malestar. Ignoramos nuestros propios sentimientos para que podamos terminar nuestro trabajo.  Por ejemplo, piense en un guerrero en un ambiente hostil. Cuando las balas van volando, se supone que tiene miedo – pero tiene que suprimir esos sentimientos para funcionar óptimamente y sobrevivir.

Ahora sustituya “guerrero” por “ejecutivo”. Imaginemos como sería el proceso de suprimir los sentimientos que se supone que surgen cuando estamos tomando decisiones poco éticas. Es fácil ver cómo alguien puede tomar una decisión desde lo analítico que se ve como una “buena idea” , e ignorar un informe que expone lo perjudicial de las consecuencias para los demás, sus subordinados o el medio ambiente!

Las emociones nos sirven como parte de nuestro sistema regulador – cuando funcionan adecuadamente nos ayudan a evaluar cuidadosamente los impactos sobre nosotros mismos y los demás. Pero cuando no las tomamos en cuenta, nuestras decisiones podrían no ser las más acertadas. Las emociones realmente nos ayudan a tomar decisiones efectivas e informadas.

En paralelo, la necesidad de mantener un enfoque analítico sigue aumentando. IBM reporta que los servicios de data están en subida: “2,5 quintiles en “bytes” de datos en un año- es decir que el 90% de los datos en el mundo actual se han creado en los últimos dos años”. Hemos construido sistemas de IT increíblemente sofisticados para manejar la complejidad. Invertimos en esos fácilmente. Pero ¿qué sucede con la “TH” – la tecnología humana – para utilizar estos sistemas de una manera que nos permitan disfrutar de un futuro próspero?

Así que tenemos una creciente complejidad que nos lleva a concentrarnos estrechamente y por ende nos enfrentamos a un creciente estrés que nos empuja hacia la reactividad a corto plazo. Sin embargo, los problemas que enfrentamos requieren algo diferente…

 

El Doctor Anti-Estrés

stress-article-empathySi se estado adonde el médico últimamente por un asunto relacionado con el estrés ( WebMD dice que tres de cada cuatro visitas médicas de los Estados Unidos están relacionadas con el estrés), probablemente haya sido tratado por el Dr. Herbert Benson.

No directamente, por supuesto – puede ser que incluso no haya oído su nombre nunca, pero su trabajo ha cambiado la manera que la medicina occidental maneja la tensión. Benson, ahora profesor emérito de la Escuela de Medicina de Harvard, fue uno de los muchos expertos destacados que expuso en la conferencia NexusEQ en junio de 2013 en el campus de la Universidad de Harvard. La conferencia se centró en la intersección de la ciencia y la práctica de la inteligencia emocional. Benson compartió nuevos datos acerca de como afecta el estrés nuestro propio ADN – pues literalmente moldeamos nuestra propia biología a través de nuestras respuestas.

En 1975, el Dr. Benson escribió un libro notable llamado La Respuesta de la Relajación, articulando el antídoto biomédico al estrés. Posteriormente fundó el Instituto Médico Mente / Cuerpo, y se convirtió en profesor en la Escuela de Medicina de Harvard. Benson ha sido el pionero por excelencia, aquel que investiga y que aboga por un  tratamiento que trabaja con la mente y el cuerpo de las personas. 

Estrés o no Estrés

El trabajo de Benson se basa en una idea simple y poderosa: Así como tenemos una respuesta al estrés, tenemos una respuesta de relajación. En sus propias palabras, podemos aprender a desencadenar esta respuesta y facilitar que la mente humana experimente emociones que nos abren a las influencias positivas en la vida.

Este es un ejemplo de ser más inteligente con los sentimientos, un creciente campo de la ciencia llamada “Inteligencia Emocional”.

 

El Antídoto: Sabiduría Emocional 

Por un lado, estamos preparados para reaccionar de una manera que probablemente no ayudará. Sin embargo, como Benson y otros han demostrado, somos capaces de aprender respuestas alternativas. Esta es quizás la razón por la que la inteligencia emocional es tan importante hoy en día: la creciente complejidad pone las habilidades sociales y emocionales sobre la mesa.

De hecho, sabemos que los líderes con más habilidades de inteligencia emocional crean mayor valor en sus empresas. Por ejemplo, los vendedores entrenados en estas habilidades superan a otros (¡en unos de los estudios hasta en  40%!). Además muchos estudios muestran que los niños entrenados en estas habilidades emocionales  son más saludables, mejor socialmente conectados, y, al mismo tiempo, logran alcanzar logros académicos más altos. Peter Salovey (ahora Presidente de la Universidad de Yale) y su colega John Mayer fueron los primeros en definir la inteligencia emocional con rigor científico. Desde ese primer trabajo en 1990, una plétora de investigación ha surgido sobre la neurología de la emoción y los vínculos con el aprendizaje, el liderazgo y la vida. Tal vez más importante aún, en todo el mundo estos descubrimientos científicos se están utilizando para mejorar la vida en el trabajo, en la escuela y en las comunidades. Las personas está aprendiendo las habilidades de la inteligencia emocional con resultados demostrables, incluso en ambientes empresariales altamente técnicos. 

La Evidencia de la Inteligencia Emocional

En un principio el término “inteligencia emocional” estaba limitado al alcance de los investigadores, incluso para un observador tenía hasta una connotación demasiado abstracta y hasta esotérica; sin embargo gracias al enorme compendio de investigaciones y material que circula actualmente se ha hecho tan ampliamente reconocido que una conferencia mundial sobre el tema se reunió en el campus de la Universidad de Harvard .

Tal vez aún más convincente es la naturaleza del programa: sesión tras sesión, especialistas de todo el mundo, de cada sector, vimos ejemplos de que la inteligencia emocional que está creando cambio positivos en tiempo real. Tanto para la infancia y las  familias, el medio ambiente, la salud y en la forma de hacer negocios. Volviendo al estrés y la salud, un ejemplo saliente de esto es el Dr. Sandeep Kelkar, un pediatra en Mumbai, India. Hace más de una década, Kelkar notó que diferentes niños respondían al mismo tratamiento de diferentes maneras y comenzaron a observar las interacciones familiares. Como resultado, Kelkar comenzó a trabajar con el personal de su clínica sobre cómo podrían ir más allá de “tratar la enfermedad” y centrarse en un objetivo más amplio: el bienestar de los niños bajo su cuidado.

Este objetivo llevó a Kelkar a viajar a California para aprender acerca de Six Seconds y el proceso de Self Science para el aprendizaje social y emocional. Comenzó a experimentar, entonces, con varios colegas y creó una fundación en Mumbai: EQuip kids – con una visión simple: ¿Qué pasaría si cada adulto tuviera las habilidades de inteligencia emocional para apoyar plenamente a los niños? Kelkar, junto con su colega Sudha Srikanth, el director de preescolar, compartieron otra historia de éxito, y las formas prácticas que han utilizado la inteligencia emocional como una “vacuna psicológica” para crear un bienestar duradero.

La conclusión del Dr. Kelkar: “La inteligencia emocional es el ingrediente faltante en la asistencia sanitaria, así como el sistema educativo”.

Hoy sabemos que la inteligencia emocional es eficaz en lograrlo.

Por lo tanto, es cierto que enfrentamos desafíos serios en el mundo, y es también un hecho que el estrés va en aumento sin señal de disminuir a menos que empecemos a emplear el antídoto adecuado.

La solución está al alcance de nuestras manos.